jueves, 2 de enero de 2020

El lugar de los flamencos perdidos

La presa Centenario es un embalse de agua localizado al sur de Tequisquiapan, en Querétaro. Llegamos al sitio por invitación de nuestro amigo Álvaro, que en días pasados había podido registrar un par de visitantes no esperados para la zona.

Aunque esta visita fue específicamente dirigida a la atención de una curiosidad ornitológica, procuramos darnos el tiempo de hacer fotografías que permitan contar una historia más completa. Ya dedicaremos más tiempo para hacer una narrativa visual amplia. Y más colorida. En tanto, les pedimos no juzgar a este sitio por una mañana fría de estío invernal.


17mm + polarizador; ISO 100, f/8 @ 1/80 seg.
Canon EOS 5D MkIV + EF 17-40mm f/4L USM
Desde temprano, el sol llena todo con una luz intensa, frontal y rasante. Al quedar de frente al área donde buscamos a las aves, no es la mejor para hacer fotos; al menos no para fotos convencionales. Hacer foto en malas condiciones de luz obligan a usar un poco más el ingenio.


Perla y Gustavo buscando a las aves que nos trajeron hasta aquí.
17mm; ISO 100, f/8 @ 1/50 seg.
Canon EOS 5D MkIV + EF 17-40mm f/4L USM

La forma de la ribera no ayuda mucho, las aves vuelan distantes. Generalmente no tenemos problemas para meternos al lodo si hace falta, pero en las condiciones casi improvisadas de este viaje, no es factible. Además, no queremos ahuyentar a las de por si huidizas aves. La mula no era arisca, la hicieron los palos. O las escopetas, siendo en este caso patos.


400mm; ISO 200, f/8 @ 1/2000 seg.
Canon EOS 7D MkII + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM  

Inesperadamente, algunas aves son temerarias, y se acercan a la posición del fotógrafo sin importar demasiado los artefactos con los cuales les apuntan amenazantes. Si ya se iba a quedar bien cerca, al menos hubiera tenido el buen gusto de elegir el lado correcto de la ribera, para no hacer un grosero contraluz.  

400mm; ISO 800, f/8 @ 1/400 seg.
Canon EOS 7D MkII + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM
Es difícil sacarle colores a este playero, indiferente a nuestro interés por hacer fotografía. Además del contraluz intenso, viene vestido con su naturalmente opaco plumaje invernal. Buscamos abordar la pésima actitud del ave que se pasea frente a nuestras narices, tirando una toma un poco más creativa.

400mm; ISO 800, f/8 @ 1/640 seg.
Canon EOS 7D MkII + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM
Ahí están los amigos que venimos a buscar. No son de aquí, y es justamente por eso que venimos. Se trata de dos flamencos. Primero, muy distantes, luego un poco más accesibles.

400mm; ISO 100, f/8 @ 1/125 seg.
Canon EOS 7D MkII + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM
Estas aves no son nativas del Altiplano Mexicano. El más familiar, a la derecha, es un Flamenco Americano (Phoenicopterus ruber). Esta especie vive en el Caribe, y si bien lo tenemos en México, en la costas de la Península de Yucatán, esta mañana está a unos muy buenos cientos de kilómetros de casa. El caso del ave a la izquierda se cuece aparte. Se trata de un Flamenco Chileno (Phoenicopterus chilensis). Esta especie se distribuye, cuando cerca, en las costas de Ecuador, y desde ahí hasta prácticamente la Patagonia. 

560mm; ISO 200, f/8 @ 1/320 seg.
Canon EOS 5D MkIV + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM + Extender EF1.4X III
¿Cómo se supone que estas aves llegaron aquí? Evidentemente, volando. Pero recibieron un empujoncito, digamos. La respuesta más plausible es que se trate de un escape de alguna colección. Ya sea de algún zoológico, a algún particular, todo apunta a que estos animalitos llegaron aquí favorecidos por el humano. La presencia de estos flamencos es un indicador claro de la influencia de las actividades humanas sobre la distribución de la biodiversidad en el planeta. El humano lleva y trae consigo organismos a través de todo el planeta.

560mm; ISO 400, f/8 @ 1/1000 seg.
Canon EOS 5D MkIV + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM + Extender EF1.4X III
560 mm; ISO 400, f/8 @ 1/640 seg.
Canon EOS 5D MkIV + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM + Extender EF1.4X III
La mañana avanza y el sol sube. No llega al cenit, pero asciende lo suficiente para que su luz intensa proyecte sombras duras. El negro zambullidor se hace negrísimo. Como respuesta, foto creativa. Ajustamos la cámara en modo impresionismo y obtenemos una toma que más convincente.

560mm; ISO 400, f/11 @ 1/400 seg.
Canon EOS 5D MkIV + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM + Extender EF1.4X III
Antes de tomar camino de regreso, y con el sol pegando duro, buscamos un poco entre el matorral que rodea el humedal. Poca actividad por la hora del día, pero algo bueno se podrá hacer. Las aves resultan, además, ser muy tímidas. Al parecer, no hay discreción que alcance cuando un pájaro simplemente no tiene ganas de salir bien en la foto. Regresaremos cuando los garambullos tengan flores y frutos. Y ahí veremos de a cómo nos toca. Dicen en el barrio: al topón, ñero... digo, cuicacoche.

400mm; ISO 200, f/8 @ 1/1250 seg.
Canon EOS 7D MkII + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM
Buscando debajo del matorral, es posible encontrar algunas aves. Sobreexponer para rescatar algo de la compleja iluminación debajo de los mezquites. Y el follaje genera un dominante verde en la luz que cuesta mucho sacarle de encima a las fotos. Y esta perlita decide que lo único que va a dejar para nuestras fotos es su emplumado trasero. Finísimo detalle. Al final, se expone un brevísimo momento, entre las ramas, para salir volando de allí.

400mm; ISO 800, f/5.6 @ 1/640 seg.
Canon EOS 7D MkII + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM
400mm; ISO 800, f/5.6 @ 1/2000 seg.
Canon EOS 7D MkII + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM
El matorral regala detalles muy interesantes en sus formas. Geométricas, agudas, punzantes. Acercarse lo suficiente, tomarse un respiro para hacer una imagen atractiva. Hay mucho de belleza que explorar de cerca. 

400mm; ISO 200, f/8 @ 1/1250 seg.
Canon EOS 7D MkII + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM
400mm; ISO 200, f/8 @ 1/640 seg.
Canon EOS 7D MkII + EF100-400mm f/4.5-5.6L IS II USM
El sitio tiene bemoles y sostenidos. En efecto, es posible observar aves bonitas y un poco de la singular belleza de los matorrales del centro del país. Pero también tiene una problemática compleja. El aporte de aguas residuales afecta la calidad de agua, poniendo en riesgo tanto a la biodiversidad, como al bienestar de las poblaciones humanas que habitan la zona. La desecación del cuerpo de agua y el incremento de la superficie dedicada a la agricultura provocan la pérdida del matorral.

Regresaremos después, para aprender más de este lugar y hacer nuevas imágenes que puedan ser de utilidad para ayudar a cuidarlo. Merece la pena conocer y proteger este humedal. Es parte del hábitat de muchas especies. Y eso nos incluye a nosotros.

17mm + polarizador; ISO 100, f/8 @ 1/60 seg.
Canon EOS 5D MkIV + EF 17-40mm f/4L USM
Por hoy, está fue la bitácora.

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